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LA INGENIERÍA Y LA COMUNIDAD - EN EL CORDÓN FRUTIHOTÍCOLA

Micro del día 13 de setiembre emitido por Radio 10 - 102.1:

Bernabé Tolosa: Hoy vamos a estar conversando sobre algunas cuestiones vinculadas a la zona. Vamos a saludar primero al Ing. Carlos Filippini que nos acompaña, gracias, Carlos, por haber  venido…

Carlos Filippini: Buenas tardes, Bernabé.

BT: Vamos a saludar también al ingeniero agrónomo Marcelo Francucci, ¿qué tal, Marcelo?, gracias por haber venido.

Marcelo Francucci: Por  favor, muchas gracias a vos.

BT: Marcelo es ingeniero agrónomo, consultor en la zona, Vamos a estar hablando un poco cómo está la zona, cómo ha afectado la lluvia, como ha sido la evolución de los últimos años, para la agronomía en la zona, estos últimos 10, 15 años, para ver cómo ha evolucionado, si vamos para bien o para mal.

Pero antes quería mencionarte, una nota que salió el domingo, en un matutino nacional que dice ¿Por qué no tenemos suficientes ingenieros? Y habla, casualmente, de algo que hemos  mencionado en más de una oportunidad aquí, la cuestión de la universidad, los controles y la deserción de muchos estudiantes faltándoles poco para recibirse, cuando los empresas vienen y  se los llevan.

CF: Llevamos un cierto tiempo con estos micros y creo que en casi todos hemos hecho alguna mención al tema. Efectivamente, leí la nota, que resume mucho de lo que ya hemos dicho. En el Congreso Argentino  de Ingeniería, que se hizo hace menos de un mes en Mar del Plata, se apuntaba en esta dirección, comenzar a fidelizar al estudiante,  evitar el tema de la deserción temprana, evitar el tema de la  salida  temprana antes  de graduarse, son todos temas que nos preocupan a todos  por que, de alguna manera, tenemos que equilibrar las dos puntas, al profesional, que se integra a la sociedad con todo su potencial y todos sus derechos y a la sociedad que recibe un producto que está terminado y no que esté incompleto. Hay algunas experiencias que van más adelante  que las aplicadas en Mar del Plata, otras no. Interesante es lo que está haciendo en este sentido la Universidad Nacional de Bahía Blanca. Ellos han armado en algunas carreras en particular, el tema de tutorías, esto es, profesores titulares que tomaron la responsabilidad, a título  personal, de bajar al primer año de la carrera a tomar una veintena de chicos y  ofrecerles  ser su apoyo dentro de la Universidad.

BT: ¡Que bueno!...

CF: Esto, en 5 años, consiguió multiplicar por 5 la cantidad de estudiantes que llegaron a cuarto y quinto año, los últimos dos años. Señal que evidentemente, tenemos una falla que es  corregible, no le podemos achacar a la primaria o la secundaria todos los errores,  sino creo que es un esfuerzo de conjunto conseguir llegar a ese punto; y para evitar la deserción tardía o el perjuicio de la captura por parte de las empresas de aquellos que todavía no han egresado, el uso de las herramientas informáticas ha sido una manera de que terminen cuando les han quedado el trabajo final, por ejemplo.

BT: Claro. Artículo interesante, primero porque lo planteaba como un tema de antaño, dice  que ya Juan Bautista Alberdi se había planteado la necesidad de contar con una mayor cantidad de ingenieros en el país porque se venía una época de crecimiento importante, pero casi no apunta al hecho del desinterés de los jóvenes. Apunta en muchas partes de la nota a la contención, esto que hemos dicho en varias oportunidades, para que no se  vayan de la facultad por una mejora económica o por abandono, y obtengan su título. El interés sigue latente, la cuestión es apoyarlos un poquito, como esto que decías recién de Bahía Blanca.

CF: Es un tema que hay que seguir trabajando y mucho desde la sociedad. Por ejemplo, creo que la puesta en marcha de la nueva ley de servicios audiovisuales tiene que  abarcar, también, el hecho que el profesional que opina tenga el respaldo de ser un matriculado, como lo es un médico, como lo es un abogado, que también lo sea en caso de la ingeniería, porque de alguna forma, el reconocimiento social a las cosas que los profesionales hacen es la otra pata que da valor agregado a la actividad profesional.

BT: No cabe duda. Carlos, vamos a hacer una tanda, así ya no cortamos luego y conversamos un ratito con Marcelo Francucci, ingeniero agrónomo, sobre cómo ha evolucionado la agronomía  en la zona.

(Tanda publicitaria)

BT: Un muy lindo mediodía en la ciudad de Mar del Plata, A Marcelo le va a venir bien el solcito como para empezar a secar un poco el campo.

MF: Tenemos que empezar a trabajar ya, tuvimos unos meses muy húmedos y de hecho, tenemos previsto un año lluvioso. Ya se  empezaron a hacer las labores en los campos de la zona. Particularmente  yo estoy trabajando en la actividad hortícola, que son actividades intensivas, desde año ‘90 y algo para acá en la zona. Quería comentar como había evolucionado el sector en los últimos 20 años, partimos de los año 90 en los cuales la superficie hortícola en el cinturón de Mar del Plata era bastante más que la que tenemos actualmente. Andaba alrededor de 12.000 hectáreas cultivadas destinadas básicamente a cultivos de hoja y todo al aire libre. En esa época y por la convertibilidad, por el tema de los costos que en el sector hortícola están dolarizados mientras que los precios de venta están en pesos. Como esto es oferta y demanda, en esos momentos si uno cultivaba un poco de más, como en determinado momento podría llegar a tener un precio mejor, especulaba con hacer un poco más de superficie y si la tenía que tirar algo no incidía tanto por que los costos estaban acotados. A partir del año 2001 esto se revirtió totalmente. Esto hizo que los productores tengan que ser muy eficientes en la producción y en la comercialización, porque aún hoy los costos siguen en dólares pero la venta está en pesos.
La producción fue tomando un giro distinto a partir del año 95,  cuando empezaron a usarse en la zona invernaderos. Los primeros invernaderos se hicieron sobre el año ‘89, pero empezó a difundirse inicialmente en Mar de Plata en forma más masiva el uso de estructuras de este tipo en el año ‘95.
Hoy en la zona tenemos aproximadamente unas 400 hectáreas de cultivos bajo cubierta, y el tomate y el pimiento, que en ese momento se hacían como cultivos de campo, pasaron a hacerse totalmente en invernadero. Eso nos permitió ser mucho más eficientes en cuanto a rendimientos, abasteciendo un poco más de tiempo, porque si bien en determinados momentos no se puede producir por que no son estructuras calefaccionadas, sí permiten contar con una ventana en el tiempo un poco mayor que la que teníamos en cultivo de campo.

BT: Bien.

MF: Pasamos, por ejemplo, con los rendimientos de tomate, a duplicar dos veces y medio más el rendimiento de campo y cuatro a cinco veces más el rendimiento de pimiento en invernadero respecto al campo.

BT: Una buena proporción.

MF: Eso con la introducción de nuevas tecnologías, a las que se tuvieron que ir adaptando los productores. Los productores, de hecho, venían haciendo los cultivos de campo en forma media sistemática y por la experiencia que tenían no requerían mucho del asesoramiento técnico, lo consultaban con entes, por ejemplo, con algunos ingenieros  agrónomos que estaban trabajando en el INTA.
Pero a partir del año ‘95, el requerimiento de ingenieros agrónomos fue mayor porque el manejo era totalmente distinto para el productor y se introducían técnicas nuevas, temas como el riego por goteo. Para obtener esos rindes hay que hacer todo un programa de fertilización acorde, por que estamos hablando de pasar, por ejemplo,  de pimiento o de tomate, por ejemplo, de 60 toneladas de campo a 200 toneladas de producción. Entonces, eso requería un manejo ajustado, como por ejemplo con la aparición de nuevas plagas y enfermedades, por cambiar las condiciones internas del invernadero respecto al campo, o el manejo de la fertilización que es fundamental. Una fertilización adecuada no limita la capacidad de los suelos, pero hay que dar con lo justo, lo que precisa el cultivo, sin producir efectos colaterales como salinización, etc.

BT: Claro, para  que el suelo sirva, después, rápidamente para otra producción.

MF: La inversión por hectárea ahora es muy alta. Estamos hablando del orden de unos 60.000 dólares la hectárea por el uso de invernaderos actualmente en la zona.

BT: ¿Se armó o se forzó a raíz de esto una mayor competencia, fueron muchos los que incursionaron en la producción hortícola?

MF: Empezaron a convertirse muchos al uso de invernaderos y se empezó a dejar la quinta, achicando la quinta al aire libre.

BT: ¿Hoy qué proporción tenemos?

MF: Hoy tenemos, más o menos,  unas 8000 hectáreas hortícolas en la zona. Y los cultivos han variado un poco también. Por ejemplo, en los últimos años se ha achicado la proporción de cultivos de hoja, básicamente lechuga.
Mar del Plata era, es todavía, un fuerte abastecedor durante el período estival de lechuga, pero se ha achicado mucho la superficie, aunque algo también se hace  bajo  cubierta, pero menos.
Han crecido algunos otros cultivos existentes y han aparecido otros nuevos, como por ejemplo, el maíz dulce que se desplazó de la zona de La Plata a la zona del Sudeste y hoy tenemos aproximadamente unas 1400 hectáreas de producción de maíz dulce en Mar del Plata, que durante el periodo estival abastece esta zona, todo Buenos Aires, y a veces llega hasta Córdoba, Santa Fe o el norte del país. La otra zona en competencia en ese momento en cuando a este cultivo es la zona de Mendoza, pero que prácticamente no compite con Mar del Plata por que cubren la demanda más hacia el sur, Mendoza y algo de Córdoba.

BT: ¿Acá exportan algo o la gran mayoría el mercado lo tiene interno?

MF: La mayoría de los productos hortícolas se destinan al mercado  interno, salvo algunos productos muy puntuales, que en esta zona particularmente se hacen menos, pero sí se hacen  más  al sur de la provincia de Buenos Aires, como la cebolla. Es un producto que se exporta en su mayoría para Brasil y algo de Europa.

BT: ¿Por qué se producen estos corrimientos así de zonas?... Pensaba  recién el kiwi, por ejemplo, que se ha hablado mucho en este último tiempo, lo hemos hablado con el área de Desarrollo y Producción de la comuna, inclusive, con productores de aquí.
 
MF: Bueno, yo no soy un especialista en kiwi, pero en la zona tenemos un clima similar al de origen del kiwi, que en general no es el origen pero si donde se desarrolló, que es Nueva Zelanda. Mar del Plata está, prácticamente, a la  misma latitud, o sea que el clima es muy parecido.
Son las alternativas que hay porque el hecho de trabajar con hortalizas que son cultivos muy inestables, fundamentalmente no da estabilidad en precios. En producción se lo puede manejar, pero el tema de mercado es un cuello de botella. Entonces, cuando hay exceso de producción, prácticamente se termina tirando el producto, por eso se busca  permanentemente otras alternativas. Surge lo del kiwi, que por ahí es más rentable y con posibilidades de exportación. Como con el incremento en la superficie de frutilla,  hoy estamos en 350 hectáreas de frutilla y Mar del Plata abastece durante el período estival, prácticamente, a la mayoría de las áreas del país. Son alternativas que se van buscando.
Y después se van formando nichos. Por ejemplo en La Plata, se ha volcado en los últimos años prácticamente casi todo a invernadero. Ahí tenemos más de 1000, 1200 hectáreas de invernadero que ha  desplazado a otros cultivos como el maíz dulce que se vino para el sudeste. Después, han incorporado otras prácticas para ser más eficientes en el uso de los recursos y abaratar los costos, como por ejemplo, en el caso del cultivo de lechuga, antes se  sembraba  grandes cantidades de lechuga y se tiraba la semilla directamente. Para hacer un lote de lechuga se precisaban dos kilos de lechuga que tiraban a chorrillo en el campo. Después, por el tema de los costos se empezó a emplear el plantín. Si antes se precisaban 4 latas para sembrar una hectárea, hoy con una lata se siembran 4 hectáreas, así le va buscando el productor la vuelta para obtener  rentabilidad y abaratar los costos  al máximo.

BT: Hoy ¿en qué se puede decir que es fuerte esta zona?...

MF: En general, Mar del Plata tiene de todo. El problema es que hoy la limitante también la marca la tecnología. Por ejemplo, hace 20 años atrás la lechuga se hacía solamente en Mar del Plata, porque Mar del Plata tiene un clima muy especial, ya que, si bien hace calor, tiene  amplitud térmica, durante la noche refresca, mientras que en otros lugares, como Buenos Aires, directamente no la pueden sembrar porque no podrían lograr el cultivo. Con el advenimiento del plantín han empezado y utilizando otras técnicas, le han buscado la vuelta, sembráculos, media sombra en invernadero, entran a producir algo  también, En esto hoy hace la incidencia del flete, que es muy alta a cualquier punto del país. No es lo mismo estar a 10 km del mercado que estar a 400 km.
Pero Mar del Plata, en verdura de hoja, igual sigue siendo importante.

BT: Estas circunstancias que estás mencionando, ¿se dieron únicamente en esta zona, en lo que es la provincia de Buenos Aires o se repitió en otros lugares?

MF: En todos los lugares se fue repitiendo esto. El productor fue incorporando  tecnología en la medida posible, en todos los lugares del país.

BT: Hoy por hoy van de la mano el acceso a la tecnología y el crecimiento de la producción…

MF: Hoy la limitante por nuestra parte de hacer hortícola intensiva,  es que no hay posibilidades de exportación, porque tenemos tal vez costos que no son competitivos y otras veces, no tenemos posibilidad de producir, Hay mucho mercado fresco, pero no  se puede exportar este tipo de mercaderías tampoco. Habría que  buscar algún canal, a través del procesado, o del congelado, pero el cuello de botella sigue siendo la comercialización.

BT: ¿Qué proporción podrá tener hoy en la economía del municipio la horticultura?

MF: Si bien no tengo números finos, a grandes rasgos, tenemos 8000 hectáreas en producción y prácticamente 16.000 personas trabajando, en invernaderos, en 400 hectáreas que requieren de tres o cuatro personas, ya son 1600 puestos más de trabajo. Después, la inversión. Estamos hablando que en esas 400 hectáreas en los últimos años, se necesitaron 400 millones de dólares de inversión en estructura, más la inversión que hay que hacer para el cultivo. Hoy el costo por hectárea, de pimiento o de tomate, está en 35.000 dólares. Todo eso genera un movimiento de dinero muy importante para el municipio.

BT: ¿Qué es lo que se viene ahora?...

MF: Lo que veo que no se ha crecido totalmente en lo que es invernaderos,  aunque se está como cerca de la cresta de la ola acá, por que aumentar más la superficie de invernaderos puede ser desfavorable en cuanto a la competencia con La Plata, que está más cerca de otros mercados. O sea, si crecemos mucho más en invernaderos, tendríamos que competir más con La Plata y la mercadería de acá, si bien la mandamos a Buenos Aires, todavía la podemos colocar mucho dentro de la costa, acá mismo en Mar del Plata o algunas ciudades más al sur o al centro  de la provincia, con fletes más favorables.

BT: O perder mercado, ¿no?, por que el flete  va a salir más barato desde La Plata para otros lugares que desde acá.

MF: Y de a poco, lo que estamos viendo es que por ahí se están metiendo más industrias para procesar determinados productos. Estamos hablando de maíz dulce, zanahoria, hay varias cosas. Otras industrias están tanteando para venirse para acá, para procesar algunas cosas  y eso se  va  a poder exportar, a veces enlatados, y no necesariamente  congelados.

BT: Bueno, Marcelo Francucci, es ingeniero agrónomo, nos ha acompañado en el día de hoy, conversando un poco cómo ha sido la evolución de la actividad hortícola en la zona, qué es lo  que se viene y sobre todo y esto que ha quedado casi al final de la charla pero no deja de ser interesante. Cuál es la incidencia hoy por hoy en la economía del municipio de General Pueyrredón, donde solo  se piensa en turismo y en el puerto y quizás hay otros sectores, otras áreas que también están aportando y es mucho. Tener 16.000 puestos de trabajo no es menor para un municipio como el que tenemos. Gracias por haber venido, Marcelo.

MF: No, por favor, muchas gracias.

BT: Hasta la próxima. Carlos, seguiremos con el sector de ingenieros agrónomos?...

CF: Este tema viene  realmente muy interesante, y además, en los últimos tres encuentros, le hemos dado continuidad a la temática, viendo aspectos totalmente distintos de una actividad que por ahí pasa medio desapercibida, como ingeniería, cuando es al revés, ya que tiene todo lo que la ingeniería puede aportar.

BT: Y algo que hemos hablado en otras oportunidades  también, ¿no?, esto que decía Marcelo recién, de cómo se va  metiendo la industria de a poco y la necesidad del sector de contar con ingenieros también en ese rubro como en la producción.

CF: Sin duda que coincidimos. Si hay una cosa que me desvela es la industrialización y el agregado de valor en origen. Un ingeniero naval, conocido nuestro, siempre dijo que un espárrago en Batán se tira, pero en una góndola en París, cuesta 10 euros, por la aplicación de tecnología y conocimiento, como es el de la trazabilidad.

BT: Seguramente vamos a volver a hablar del tema. Muchas gracias por haber  venido, Marcelo, Carlos, un  abrazo.

CF: Chau, nos vemos.

Radio 10  Mar del Plata
“ MDP AM” - 13 de  Septembre de 2012 - 14:08 hs
Nota con el Ing. Marcelo Francucci
Ingeniero Agrónomo